"Laicos al Servicio del Pueblo de Dios"
"Amar es Entregar la Vida por los Demas"
lunes, 12 de enero de 2015
viernes, 2 de enero de 2015
LAICOS CATOLICOS
La función de los laicos en la Iglesia y en el mundo ha sido explicada desde el Concilio Vaticano II en relación con los tres munera de Cristo: sacerdotal, profético y real o regio. Esta «trilogía» está mostrando su fecundidad teológica, espiritual, y también canónica y pastoral, en la vida de la Iglesia. La reflexión sistemática sobre el tema es muy reciente.
La función de los laicos en la Iglesia y en el mundo ha sido explicada desde el Concilio Vaticano II en relación con los tres munera de Cristo: sacerdotal, profético y real o regio. Esta «trilogía» está mostrando su fecundidad teológica, espiritual, y también canónica y pastoral, en la vida de la Iglesia. La reflexión sistemática sobre el tema es muy reciente.
Por otra parte, tanto la Constitución dogmática Lumen gentium como después
la Exhortación Christifideles laici «caracterizan» la vocación y misión laicales
por la índole secular. Nuestro propósito es mostrar cómo se relaciona la
índole secular de los fieles laicos con su participación en las
denominados oficios o funciones de Cristo. Estas tres funciones, si bien
no agotan las perspectivas de la teología del laicado, tienen un papel
comprobado en lo que podríamos llamar pedagogía de la reflexión teológica
cristiana, siguiendo las huellas de la misma pedagogía divina. En efecto, la
trilogía «profeta- rey- sacerdote» re presenta cómo la misión de Cristo se
participa en el Pueblo mesiánico (LG 9) y en cada cristiano. Que esa trilogía
pueda aplicarse a los fieles laicos en cuanto tales, viene a ser una prueba
teológica y existencial de su propia vocación y misión. Expresada de otra
manera, la tesis que adelantamos ya desde ahora es la siguiente: la índole secular,
en cuanto característica de la vocación y misión de los laicos, informa y
cualifica su
participación en la misión de la Iglesia. Su secularidad no es
una propiedad exterior a su fe, a su vida espiritual y sacramental, y al
servicio cristiano (profetismo, sacerdocio y realeza); es interior a cada una de esas
dimensiones de la existencia y de la tarea cristiana en el mundo, como el amor
al mundo salido de las manos del Padre, era, en Cristo, una unidad con el amor hacia
Aquél del que había recibido la misión salvadora.
Para los
fieles laicos, comprender y vivir su secularidad desde dentro de su vocación
y misión cristiana es condición de coherencia y eficacia, con vistas a su tarea
en la Iglesia y en el mundo. Para todos, en la Iglesia, es irrenunciable la
formación de los laicos con vistas a su tarea, pues la creación entera gime en ansias
de que los hijos de Dios se manifiesten como tales (cfr. Rom 8, 19ss.). Ramiro Pellitero (2004)
MENSAJE DEL OBISPO DEL ESTADO- TACHIRA A LOS LAICOS
miércoles, 31 de diciembre de 2014
La iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II realizado en 1959, integró más a
fondo el término laico que refiere a las personas bautizadas. Se podría
decir que como sustantivo, sirve para
referirse a un cristiano que ejerce su misión religiosa fuera del ámbito
clerical, pero con las condiciones antes referidas. Los laicos son miembros de
la Iglesia, cuerpo de Cristo. Su Santidad el Papa Benedicto XVI dijo a los
laicos “Particularmente, confirmo la necesidad y la urgencia de la formación
evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos
comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que
tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y
pasión de servicio hacia el bien común ” esas son algunas características
esenciales de la vida de un laico que tenga sentido de pertenencia con lo hace
y con lo que dice.
De igual modo todos los laicos están llamados a
vivir una vida con olor a santidad para que así puedan ser testimonios
indelebles de una sociedad marcada por inmoralidades y vicios que conllevan a
la perdición. Porque la palabra de Dios nos dice "santificados
en Cristo Jesús, estamos llamados a ser santos" (l Co 1,2). Es una tarea
que todos debemos alcanzar conseguir con la gracia de la oración.
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