La iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II realizado en 1959, integró más a
fondo el término laico que refiere a las personas bautizadas. Se podría
decir que como sustantivo, sirve para
referirse a un cristiano que ejerce su misión religiosa fuera del ámbito
clerical, pero con las condiciones antes referidas. Los laicos son miembros de
la Iglesia, cuerpo de Cristo. Su Santidad el Papa Benedicto XVI dijo a los
laicos “Particularmente, confirmo la necesidad y la urgencia de la formación
evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos
comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que
tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y
pasión de servicio hacia el bien común ” esas son algunas características
esenciales de la vida de un laico que tenga sentido de pertenencia con lo hace
y con lo que dice.
De igual modo todos los laicos están llamados a
vivir una vida con olor a santidad para que así puedan ser testimonios
indelebles de una sociedad marcada por inmoralidades y vicios que conllevan a
la perdición. Porque la palabra de Dios nos dice "santificados
en Cristo Jesús, estamos llamados a ser santos" (l Co 1,2). Es una tarea
que todos debemos alcanzar conseguir con la gracia de la oración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario